Beneficios cognitivos de ir caminando al colegio

Resultan muy evidentes las ventajas sociales de ir al colegio a pie. Las posibilidades de relacionarse y socializarse se multiplican: Ir con otros niños al colegio hace que se regule la autonomía personal y que se compartan experiencias con otros.
Cuando los padres acompañan a sus hijos, se mejora la comunicación entre ellos y las oportunidades de socialización se hacen extensivas a las familias, que encuentran en el trayecto al colegio la oportunidad para conocer a otros padres e intercambiar opiniones con ellos.
Pero, ¿cómo influye este hecho en su desarrollo evolutivo?

Poco se habla de las ventajas cognitivas de ir caminando al colegio. Recibir aire fresco y un poco de luz solar por la mañana supone una recarga de vitaminas para nuestro organismo, y por lo tanto, una activación natural de nuestra melatonina. Estar al aire libre regula nuestro ritmo circadiano, ayudándonos a estar más despiertos de día y más cansados de noche.
La actividad física por la mañana, (ya sea caminar hasta la escuela o hacer un poco de ejercicio) activa al niño también en el plano intelectual. Facilita su aprendizaje al oxigenar el cerebro y activar determinadas áreas cognitivas. Es por eso, que en muchos sistemas educativos la jornada escolar comienza con un poco de ejercicio colectivo.
Dentro de la escuela también se han observado las mejoras que supone la actividad física infantil. Los niños rinden mejor en las sesiones de trabajo que suceden después del recreo o el deporte, mientras que en días de lluvia se sienten más cansados y con dificultades para el trabajo académico.
Todos los niños aprenden mejor en movimiento, por lo que métodos educativos que permitan que los niños se muevan ,se levanten e interaccionen de forma controlada con sus iguales facilitarán un aprendizaje más significativo.
Desde el plano familiar podemos facilitar dicho aprendizaje ayudándoles a que comiencen la jornada de forma activa y dinámica. Caminar, jugar, correr, bailar… antes de ir al colegio mejora su aprendizaje y, por qué no, su calidad de vida.
Por eso, la próxima vez que veas a un niño que echa carreras con un amigo para llegar al colegio, sonríe… está activándose cognitivamente de forma natural.

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